Hay una luz que vence a la oscuridad y yo, ahora mismo, no sé dónde se ha metido. Entiendo por primera vez a aquellos que creen en Dios y que se abrazan a la fe de forma desesperada. A mi me ocurre contigo, que sé que no hay nada más que vacío en todas esas señales que creo ver y que no son más que polvo en el viento. Polvo de estrellas, pero polvo al fin y al cabo. Lo bello que tú y yo podíamos haber creado se convirtió, con el paso del tiempo, en esa sustancia asfixiante y oscura. Yo no lo había visto hasta ahora, cuando he ido a cogerlo y se ha esfumado entre mis dedos. No lo sé. De verdad, solo sé que no se nada. Solo sé que no sé nada y que se me va la vida intentando descifrar lo que significa cada uno de tus parpadeos. Y es frustrante y es absurdo. Necesito que me envíes un mensaje. El que sea. 
Necesito un poco de luz para sacarme de tanta sombra.