Si tu mundo es el mío, tu dolor es el mío. Podemos ser apátridas bajo la misma bandera en tonos celestes. Podemos esperar juntos esperando el monzón y las lluvias y contemplar cómo se despiertan los pavos reales. Son muchos colores, ¿entiendes? Son los colores de todo lo que está vivo. Podemos escoger no combatir en ninguna batalla siempre que no sea de plumas. Podemos creer en los dioses que nos de la gana, porque la fe es libre y no le tememos al tiempo. Podemos elegir el vacío, podemos elegir la inmensidad del océano. Podemos cantar canciones a la tierra y al cielo y podemos estar vivos y podemos morir como nosotros lo deseemos. 
Si tu mundo es el mío, tu dolor es el mío y tus lágrimas son mías y tu libertad es mía.