Tú aún no lo sabes, pero esta canción que estás escuchando ahora por primera vez pronto tendrá un rostro. Tendrá huesos, músculo, sangre y un corazón que palpita. El rojo será su color favorito y le apasionará hacer deporte y las historias de dragones y sirenas. Le gustará ponerle picante a casi todo y el silencio del bosque cuando cae la noche. Estará un poco perdido y aparentará tener menos miedo del que en realidad tiene pero, ojo, no será ningún cobarde. Esa canción que escuchas ahora se guardará su tristeza para si y le gustará más el vino que la cerveza y no todos los chupitos serán aptos para tener una buena noche. Reirá fuerte, te agarrará siempre como si fueras a desaparecer y te hará tener ganas de bajar la guardia. Esa canción que estás escuchando ahora, por primera vez, va a curarte cosas que no sabías que tenías enfermas: va a hacer que te sientas más fuerte, más independiente y menos prescindible, incluso menos desastre. A su lado no te vas a sentir un cataclismo y, aunque te cueste decirlo, esas cosas que tenéis en común te harán pensar que no estás tan sola.
Escúchame, escúchame bien: esa canción que estás oyendo ahora acabará por hacerte llorar.
Por favor, ten cuidado.