Me acordaba de ti cuando era feliz
y me acordaba de ti cuando estaba triste
y no sé muy bien qué era peor
porque nunca estabas lo suficiente.
Eras, con todo,
el eje central de mi universo
y yo giraba en tu órbita como si fuera a servir de algo.
Pero el sol no sale antes por muy triste que sea la noche
porque la luna no deja de cambiar el ciclo de las mareas.
Tú eras un astro
y, entonces,
aún no sabía
que yo era una supernova
(entre todas las estrellas)