pocos años recién cumplidos

Sonreía como un bruja
comprando ron barato
como si esa fuera
la última gran delicia.
¿Qué te voy a contar?
Botas militares,
ojos como caramelo brillante
labios de color morado
y la piel repleta de ganas
de decirme que sí
o de decirme que no
-nunca entiendo bien esos matices-
Me pregunto si ella teme
como yo
a los hombres malos.
Me pregunto si aún conserva
su corona y sus flores
o si las empeñó
-como acabamos haciendo todas-
para salvarse la vida.
Pero no importa;
ella me mira,
sonríe,
y yo no tengo valor
para hablarle del miedo que me da
su sonrisa de pantera
y su intención de quemarse esta noche
en el fuego de las mil hogueras
de los pocos años
recién cumplidos.