Tu nombre tiene un precio:
todas las horas que alguien
no durmió por pensar en ti,
todos los "y si" que has creado
sin saberlo
en la cabeza de otra persona.
Todos las pajas que se han hecho
cuando no han podido tocarte
con tu nombre entre los dientes
y un deje de derrota en la piel,
todas las veces que alguien sonrió
porque una canción le recordó a ti
moviendo el pelo
deseando tenerte al lado.
Tu nombre tiene un precio
-aunque no imagines cuanto-
pero no deja de ser cosa tuya
cómo lo revaloriza el tiempo.