Tengo la imperiosa necesidad de escribirte. No para ti, ni sobre ti, sino a ti mismo. Trazar, con palabras, un cuerpo que no es como cualquiera y unas manos que atraviesan océanos hacia Ítaca. A lo mejor es porque no sé hacer otra cosa. A lo mejor llevo demasiado tiempo debiéndome a mundos que no existen y a personas que no sabían nada de mi, de mi historia. Aquellos hombres malos que no eran capaces de leer lo que hay en mis ojos. Tú si puedes. Tú tarareas un "culpable" con una sonrisa de lado y nada importa ya, porque entiendes lo que nunca digo. Por eso nunca digo lo que quiero que de verdad comprendas.