Mi cuerpo es una bomba de relojería. A veces lo pienso y mi corazón se acelera. Pienso en mi sangre y pienso en mis entrañas y pienso en que algún día podrían dejar de funcionar sin previo aviso, y entonces qué. Dónde se esconde un alma cuando no hay hogar, no hay patria. Mis huesos se pueden quebrar. El cáncer puede estallar y romperme en mil pedazos. La cabeza puede perderse y el pecho puede enfermar, puede quedarse vacío. Aprendemos a rezar en la era de la técnica a ídolos vacíos, a Budas que fingen que todo va bien. ¿No es aterrador?¿Cómo vivir cuando el próximo parpadeo puede ser el último?