Hay dentro de mi mil voces;
una santa
una puta
una princesa.
Hay una voz triste
que llora océanos,
hay una contenta
que ríe primaveras,
hay una furiosa
que grita truenos, rayos, tormentas.
En este cuerpo que es mi templo
solo manda el latido de mis entrañas
Y duele, a veces,
pero también sana.
Y mancha, a veces
y ruge y ensucia y ladra.
Todo lo que esta hoguera sangra
no es más
que un rastro triunfal de vida.