Nadie dijo que fuera fácil pero, a lo mejor, es lo que alguien debería decir. Que "fácil" es precisamente la palabra que debe definir según qué cosas, en especial las relaciones. Llegar a alguien no es como postularse a presidente o como presentarse a una entrevista de trabajo, no apareces y entregas tu curriculum y cuentas lo que sabes hacer -carnet de conducir, nivel C1 en inglés, carrera universitaria- para encajar en el hueco que alguien te ha dejado. La realidad es que ese espacio debe ser para ti y debes entrar de forma natural en él.
Puedes llorar mucho. Te puedes romper de dolor y luego ser muy feliz y luego de nuevo muy triste y discutir muy fuerte y reconciliarte con muchas ganas, pero al final acabas por volverte loco. Que todos sabemos amar, pero no todos sabemos amar bien: puede que no estemos preparados o puede que no sea la persona adecuada y eso no es culpa de nadie.
Entiéndeme, puede haber momentos difíciles, como en todo. Pero debe de ser fácil. En general, de forma natural, sin que nadie necesite decirlo en alto. Tiene que ser fácil y tienes que estar a gusto y tranquilo y tienes que llenarte de paz y de calma cuando estés con la otra persona.
¿Y si todo fuera mentira?¿Y si esas historias de amores tormentosos fueran una farsa y no debiera de haber ningún sufrimiento en querer al otro?¿Y si nos lo han vendido porque da miedo encontrarse frente a esa búsqueda en un mar inmerso de caras para llegar a aquella capaz de darte un trozo de algo que parece imposible?
Tiene que ser fácil. No hay duda. Y si no, que simplemente no sea.