el final de este poema

Pasó como con el aire;
respiro
y, de pronto
está en mi sangre.
Recorre palmo a palmo
mi anatomía.
Desde dentro, clavándose en mis entrañas.
No hay nada que esconder a su paso.
Todo lo que toca lo llena de vida.
Sin secretos y sin excusas.
Pasó como con el aire;
estaba limpio
y se fue, poco a poco
desintegrando en mi vacío.
Alimentándolo.
Pasó como con el aire;
ahí estabas, dentro de mi.
Imaginaréis lo triste
que debe ser
el final de este poema.