se había disfrazado de tus ojos
esperé a que los perros mordieran la carne
pero no lo hicieron
será que mi piel sabe ya demasiado a melancolía
será que la ciudad se me ha clavado en el corazón
de una manera virulenta
y ya no me queda más gusto que ese
-el de el azul, digo, el del gris-
miré al dolor de frente
se había disfrazado de tu ausencia
esperé a que se marchara
-esperando a que volvieras-
pero tú tampoco lo hiciste
y con eso no hay poesías que valgan.
Supongo
que las verdades
siguen siendo desoladoras
por mucha poesía que quieras soñarles.
Amantes son los que aman
-en teoría era fácil-
yo me amé a mi
tú a ti.
fin de la historia.