Vuelan los albatros
en círculos
y pienso en ellos como pequeñas gacelas
que sueñan ser gacelas
porque se les moja el alma
de tanta lluvia y tanta chispa
y tanta marejada abatida por la tormenta
porque el océano no está
hecho solo de ballenas furiosas
y las almas de los marineros
(creo yo)
se prendan más de los cielos
y de los albatros
que de las sirenas.
En las montañas agrestes
me acunaron los buitres
siempre buitres leonados
de ojos llenos
siempre
de amargura descastada
y alas vacías
siempre
del que vuela bajo
y aúlla triste
nanas del quebranto
de la tierra seca
y los cielos despejados