Era tatuarme la piel
o tatuarme la sangre y los huesos.
Pintar pájaros azules
que salen de oscuras cavernas
o signos de dudoso infinito
recostados en los senos
y en columnas entalladas.
Era tatuarme mi nombre
o tatuarme tu ausencia
y las estrellas superpuestas
vacías de sentido y juicio.